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divino misionero enviado por el Padre para sal– var al mundo. Es el Amor de los Amores, que para rescatar a los hombres se entrega con in– finita caridad, dando la vida por sus amados. "Dios probó su amor hacia nosotros en que, siendo pecadores, murió Cristo por nosotros. Por mayor razón, pues, justificados ahora por su sangre, seremos por él salvos de la ira; por– que si siendo enemigos fuimos reconciliados con Dios por la de su Hijo, mucho más, reconcilia– dos ya, seremos salvos en su vida" (3). "El Padre nos libró del poder de las tinie– blas y nos trasladó al reino del Hijo de su amor, en quien tenemos la redención y la remi– sión de los pecados; que es la imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura, porque en El fueron creadas todas las cosas del cielo y de la tierra, las visibles e invisibles, los tro– nos, las dominaciones, los principados, las po– testades; todo fué creado por El y para El. El es ante todo, y todo subsiste por EL El es la cabeza del cuerpo de la Iglesia; El es el prin– cipio, el Primogénito de los muertos, para que tenga la primacía sobre todas las cosas. Y plu– go al Padre que en El habitase toda la pleni– tud y por El reconciliar consigo, pacificando por la sangre de su cruz, todas las cosas, así las de la tierra como las del cielo" (4). (3) Rom., V, 8-10. (4) J Col., I, 13-20. 264 --
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