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sus vestidos echándolos a suertes y, sentados~ hacían la guardia" (l). No están conformes los escritores acerca del origen del nombre Gólgota. Según algunos, se llamaba Gólgota o lugar de la calavera (Calva-– río), porque allí había muchos cráneos de los ajusticiados. Según otros ,era el lugar donde murió el pri– mer hombre Adán, por cuyo pecado entró la muerte en el mundo. Convenía que en el mismo, sitio muriese el Segundo Adán, Jesucristo, por el cual nos vino la vida sobrenatural. Por el pri– mer hombre nos vino la vida corporal; por et Segundo Adán, la vida celestial. Jesucristo qui– so morir en aquel lugar infame para borrar to– dos nuestros delitos y así convertir el lugar dé suplicio en lugar de adoración. En tiempo de San Basilio parece que esta opinión era bastan– te común. De aquí quizá se origine el antiguo uso de poner bajo el crucifijo dos huesos cru– zados sobre un cráneo humano. Para muchos esto es una pura leyenda. En la práctica y para la devoción sólida nada impor– ta. Lo cierto es que Jesús murió en el sitio llamado en aramaico Gólgota, lengua que en– tonces se hablaba en Jerusalén. Llegado el fúnebre cortejo al lugar designa– do, vamos a considerar la escena de la crucifi– xión de Jesús. (1) Matt., XXVII, 33-36. - 261