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En realidad es la hora y el poder de las tinieblas... Jesús va como un cordero manso entre las espadas y bastones de aquellos salteadores vulgares, ávidos de revancha. Por fín · tienen en su poder al perturbador de la paz ¡ El perturbador de la paz! "Y será llamado PRINCIPE de la paz", rezan las profecías. Los ángeles de la Nochebuena anuncian la nueva gozosa de la paz a los hombres de buena voluntad, Je– sús nos brinda con el regalo de su paz en la emoción de la despedida. Pero su paz no es la paz del mundo. Es la paz del· corazón bueno, que sabe de desprendi– miento, de entrega y de ternura. Jesús es el perturba– dor de la paz insensible, egoísta o pecaminosa. Por eso le odian los fariseos, porque les exige la justicia del corazón, la santidad y el amor y no están dispues– tos a ser justos, ni puros, ni caritativos. ¡ Cómo sienten el resquemor de la valentía del Rabbí ,que los, desenmascara y los deja en ridículo! Todavía tienen en carne viva la escena del domingo anterior, lleno de olivos y palmeras y voces de niños; que aclaman a Jesús a su entrada en la ciudad santa..• Atraviesan el olivar en medio de una algazara alti– sonante y amenazadora de linternas, antorchas y ar– mas. Dentro de su diferencia jerárquica, todos coin– ciden en un punto concreto: en su odio a Jesús que en Judas es avaricia y ruindad y en los fariseos des•• pecho. Jesús calla y perdona. La luna primaveral ilu– mina piadosa su silencio y su perdón,,., Empieza el proceso judicial. Jesús es llevado ante 65

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