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El Rosario que he sembrado a voleo en la tierra buena y en el zarzal, para que también las zarzas ten– gan la ilusión de una· primavera florida... Cuando yo me muera, Madre, no dejaré nada en el mundo. Pero... yo sé que mi corazón dormido se llenará de flores nuevas. Madre, yo sé que nunca me faltarán tus flores... las que he deshojado mimosamente sobre la dulzura de tu recuerdo en las cuentas de mi "RO– SARIO LIRICO..." (Se empieza a percibir un rumor indeciso que, en un "crescendo" lento, se va apode- derando del cuadro) Reina de fos ángeles ... Reina de los patriarcas .. , Reina de los profotas... Reina de los apóstoles.. . Reina ele los mártires.. . Reina de las vírgenes.. . Reina de los confesores ... Reina de todos los santos.. Reina concebida sin mancha de pecado original... Reina llevada a los cielos ... (...Con toda claridad ya, una voz única y pausada...) REINA DEL SACRATISIMO ROSARIO... Y me brinca el corazón en el pecho como un cer– vatillo alegre y travieso. ¡Ah!, sí, Tú eres la Reina de las Rosas santísimas... 124: