BCCCAP00000000000000000000735

me canten, a su ,modo. Una vez vino a verme un sap.to . No O'lvidaré nunca su visitación. Era cán– dido como un niño. Impresionable y dulce como un joven. Se llamaba Pedro y me hizo una ora– ción que me gustó mucho. Empezaba por un sa– ludo de cortesía y luego me recordaba las cosas que más le gustan a una mujer: con la voz armo– niosa como un instrumento músico me cantaba Reina, Madre, vida, dulzura. . . »Es lo mejor que recuerdo después de las pa– labras de Gabriel, el Arcángel. -¿Eres Reina? Pero debiste olvidar los atribu– tos de tu reinado. ¿Dónde tiene la corona? Si pa– reces pobre y humilde como una mujer del campo. -Soy Reina. Aquí en Galicia me llaman con voz alargada «Raíña». Mi vestidura es como con– viene a una reina que tiene el dominio más grato para el 'Corazón de la mujer. Mi reinado es total en el paí-s de la misericordia. Soy, efectivamente, reina, pero nunca tuve la más levr,- tentación de orgullo. La única .turbación de mi vida se la debo a las palabras grandiosas del Angel. Me turbé porque me pareció una alabanza inmerecida. Yo, la esclava del Señor, no tenía más gloria que ser– virle. Pero mi voluntad es la suya. Dios quiere 96

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz