BCCCAP00000000000000000000735

Una mano tosca sintió un día el temblor de Dios. Y empezó la labra de esta roca retorcida. La piedra era dura en exceso y el buen hombre, im– perito en bellas artes, hizo lo que pudo. La ima– gen: la tenía aprendida desde niño. Su madre, cris– tiana antigua, el cura de carrera corta y la gracia de Dios le enseñaron a querer con seria voluntad y con lealtad inquebrantable. Un día oyó la voz de Dios en sus entrañas. Y se puso a la tarea de hacer un crucero. Fué dócil a la inspiración del cielo. El crucero salió tosco, con aristas recias, sin detalles estéticos. Salió el símbolo. Y aquí lo im– portante es el símbolo. La fe quiere a Cristo Cru– cificado. Y pasa por encima de las especies peor o mejor talladas. Como se adora con igual venera– ción una hostia consagrada sea cual fuere su vo– lumen y su forma ... , así la cruz. 71

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz