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ángel del Señor de aquellas cadenas incómodas, duras; frías. Cárcel y persecución formaban parte del .crucero cristiano. Vendrá el ángel, •pero con €1 cáliz de Dios para ofrendar al cielo el rico te– soro de la Cruz, convertida en sangre martirial. No debes extrañar el recio sabor de 1a sangre sobre tus labios, hombre. La vida es sensible. Cuando el dolor sobrepuja tus fuerzas es fácil que brote - cual la flór del capullo- la linfa de la sangre. Si eres barro, ¿qué extraño que te puncen las espinas hasta producirte heridas profundas? Si .eres materia de arcílla frágil no es mucho que su– fras por el camino pedregoso y por la crudeza de las estaciones. Hay tantas formas de dolor que la sangre corre por todas tus acequias. Lloras quizá el abandono. Igual Cristo en la hora que inás necesitaba consuelo humanal de los suyos, de los. amigos preferidos. Pero, cuando te ,cuartees por el peso de la soledad, vendrá el con– ~uelo de los ángeles. Si los hombres no saben com– prenderte, Dios puede mandarte un ángel conso– lador. Cuida que en cada herida esté presente el -ángel para salvar tu sangre para 1a inmortalidad. Si has de sufrir -el dolor es servicio obligatorio- 45

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