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algo que te atraiga con más amor hacia los tuyos. - ... pues me agrada todo lo bello: «La casulla azul de los sacerdotes. Francisco de Asís -¡oh, qué gran caballero!- me vistió el manto azul, por mi Inmaculada, la canción del «Angelus». Fr. Buenaventura compuso esa devoción y la pregonó con ternura, con '1a palabra, con la pluma y con el ejemplo, el Avemaría, sobre todo cuando lo aprenden los niños. Siempre me dan la sensación del Angel. Me gusta más mientras más inocencia y más niñez, la «Salve», que me rezó aquí un día Pedro de Mezonzo, el obispo. Como buen pastor de almas conocía la gloria y la miseria del humano corazón, el «Rosario». Soy mujer y a una mujer le en– canta siempre un ramo de rosas, la «Piísima», rezada con tiempo, despaciosa– mente. El canto es una señal de bondad. Quien quiera cantar mis alabanzas ha de •tener senti– mientos nobles. De otro modo le aburrirá la 's'al– modia y «cumplirá» una ,promesa, pero no hará un rezo». -¿Qué te parece de nuestra teología «ma– riana»? -Cuando el teólogo es un poeta y vive mi de- 100