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razón se me ensancha y acudo siempre aJ hombre que reza para rozarle los labios ,con mi bendición. »Y, al invocarme como esperanza, corro apre– surada hacia el 'lugar del riesgo. Fuí siempre así. ¿No recuerdas que Lucas lo hace notar en su Evangelio? Pues es verdad. Cuando me dijo Ga– briel que mi prima iba a ser madre, me marché de prisa para estar a su fado. Hay que ser cortés. Hay que olvidarse de sí mismo para hacer un po– co más amable la vida de los hermanos. Ahora que soy madre espiritual, voy de un ,lado a otro. Porque una madre no ha nacido para sí. Se debe en cuerpo y alma a sus hijos». - Y es cierto que te llamamos gimiendo y llo– rando. ¿Qué haces entonces_? -,-Me doy prisa porque sé que la vida sobre la tierra es valle de lágrimas. Todos tienen su cruz. Todos sufren. Si aparecieran a flor de labios los co– razones en su íntima verdad crucificada, el espec– táculo sería insoportable. - En ,la choza misérrima hay· llanto de niños, preocupaciones en los mayo– res. En el cha'let iJ.ujoso, en el palacio encantado lloran igualmente los niños. Y Dios sabe que no hay felicidad sobre la haz de la tierra. -Madre, la de los ojos misericordiosos, ¿qué es lo que más te gusta de nuestro mundo? Dinos 99

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