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La mujer -sol "El sol brilla en el cielo del Señor; la mujer be– lla, en su casa bien arreglada". (Eclesiástico 2S, 21 l. Entre las muchas metáforas empleadas para alabar a la mujer una es la del título. No sé cón10 le sentará a muchas mujeres. Pero en Oriente -también en Occidente- el sol era como un dios que desde lo alto esparcía sus resplandores por doquier. Sólo que el autor sagrado no deja pasearse mucho a la mujer por el cielo ni por la tierra, sino que la circunscribe a su hogar. El hogar era el cielo de la mujer. Allí tenía que resplandecer sobre todas las cosas. Hoy las cosas han cambiado y siguen cambiando. No somos ni feminista ni antifeminista. El porqué de algunos de· estos cam– bios se han explicado en capítulos anteriores. Pero sí pensamos que sigue siendo válida la frase de San Frncisco de Sales: "Mujer; ocúpate en fas cosas }lero no dejes de hilar y girar la rue– ca". Lo cual equivale decir que no olvide la e.asa. Y este olvido es más imperdonable cuando, como hoy, las muje– res quieren trabajar pero no en el llamado trabajo doméstico. Y por eso las madre;; c¡ue desean trabajar en fábricas, oficinas u otros puestos, no tienen con quien dejar a los hijos. A veces hacen mil combinaciones para que esos niños, sus },jjos pequeños que no pue– den meter aún en una guardería o en un colegio, no queden comple– tamente desatendidos. Y salvo excepciones muy excepcionales, y salvo oficios que pueden hacer combinar las dos cosas, esos niños son los pequeños desatendidos, que cuando sean grandes pagarán caro el descuido de sus madres. El hogar es el reino de la mujer. Aunque ella trabaje fuera, elLs., con ayuda de su marido si ha:, razón para ello, es la que debe po– ner en marcha ese pe;: 1 ueño mundo don.de se escribe la historia de cada cual. En él deja ella rn.isma su impronta. Se define tanto como por sí misma por su manera de actuar en lo que considera como más suyo: el hogar. Decía Goethe: "Nunca aprenderemos a conocer a una mujer por el sólo hed10 de venir ella a nuestra casa: será ne– cesario que nosotros vayamos a la suya para ver cómo se está en ella". 94