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El «quid» femenino "Mujer hermosa deleita al marido; mujer pru– dente lo robustece; mujer discreta es don dJel Se– ñor: no se paga un ánimo instruído; mujer modesta duplica su encanto: no hay belleza que pague un ánimo casto". (Eclesiásti.co 26, 16-20). El conde de Segur escribió sobre la mujer: "La mujer es la se– gunda alma de nuestro ser, que bajo formas diferentes correspon– de a todos nuesh·os pensamientos, que despierta todos nuesfros de– seos, que encierra y que Hora todas nuestras debilidades". Esto puede ser una alabanza o un vituperio. Según se mire. Pues podría considerársela algo así como un ser de segunda división... Veamos, más bien, que desea decir que es el complemento del hombre. Lo que nos gustaría saber en qué c-onsiste el alma femenina. Cuáles son sus cualidades específicas. Eso que l::ace "el eterno fe– menino". El libro del eclesiástico cantm1do las cm.lidades de la mu– jer buena enumera unas cua'.ntas. Deja a un fa.do eso otro como pueden ser la astucia y dem:ís malas cualidades que enumera en otra parte. Pues Dios creó a la mujer, pero la enredó el diablo. Las grandes cualidades que enumera el párrafo que comenta– mos están a la vista: la belleza, la prudencia, la discreción, el pu– dor. Cuatro pilares para formar un mujer perfecta. La hermosura no se puede excluir de la mujer, por muchas ten– taciones que traiga al hombre. Es, en lo físico, su distintivo. Es una gran cualidad. Cuando está sola es una peligrosa cualidad, para ella misma. Pobre mujer la que pone todo su encanto en una cosa ta-(] fugaz con'lo la belleza juve;1il. Pero eso, con lo otro, es como una flor sobre un búcaro de oro. La prudencia en la mujer... ¿Quién escribió esto? Porque parece el título más paradójico. Y sin embargo la mujer es prudente. Exis– ten cantidad de mujeres prudentes. Porque "la prudem:ía es la fuerza de los débiles". Por eso ella se apoya en la prudencia, por– que se siente débil. Y mucho de. eso que llamamos astucia en la mujer, es prudencia. Sabe que la fuerza no le sirve y es suficiente– mente inteligente como para buscar otros caminos. Podemos lla- 92