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na vez, es un ~nergúmeno", "Hace siempre lo que quiere... nunca se preocupa por ninguno de nosotros". 4.ª) DEMASIADO DOMINANTES: "Siempre quieren ser amos; fuera de ellos, nadie sabe nada". "Esto de estar a todas horas echán– doselas de sabio y mandón es algo que fastidia e irrita". 5.ª) EL DESARROLLO MUJERIEGO de los maridos ha sido tema desde hace siglos, pero esta falta no figura como la primera. Ocupa el quinto lugar. 6.ª) TACANERIA: "Los maridos ni tienen idea de lo que cues– ta manejar y sostener una casa hoy día". "Los hombres gastan el dinero, sin reparo, en ellos mismos, pero arman un alboroto cada vez que su mujer les pide un centavo'~. 7.ª) FALTA DE INTERES EN EL HOGAR: "Los hombres de– jan la crianza de los hijos a la mujer, como si fuera obra exclusi– va de ella". "Mi marido se niega a arreglar las cosas de la rasa y a ayudru:me a cosas tan sencillas como contestar una carta". 8.ª) "TAN PRONTO COMO LE PONEN UN ANILLO EN EL DEDO, ya usted se acabó para ellos". "Viven tan enfrascados en sus negocios, que escasamente se dan cuenta que tienen una espo– sa". "A una mujer no le importa el penoso trabajo de la casa, si su marido la sorprende de tiempo en tiempo con un obsequio que ex– prese cariño y si la corteja y galantea y la saca a pasea\" de vez en 4:.'Uando". "Dejan de ser "galantes" con su mujer demasiado pronto". 9.ª) "NO SOLO DEJAN DE SER GALANTES demasiado pron– to con sus mujeres, sino que se quejan en exceso". 10?) LA ULTIMA FALTA que encuentran las mujeres en sus maridos es que fuman y juegan demasiado. "Mi marido está siem– pre echando las cenizas del cigarro en la alfombra". "Mi maridlo pierde todo su dinero jugando al póker". También hay mujeres comprensivas y "galantes"; cuatro de c,a– da cien esposas interrogadas declararon que sus maridos no tenían faltas de consideración. Un hecho curioso: los hombres de campo parecen ser los más contentos con sus esposas y no se quejan de descuido de hogar... Los provincianos ocupan el tercer lugar entre los que consideran perfectas a sus esposas ... no así los de capital... No sé si se ha hecho alguna encuesta sobre las cualidades del hombre y de la mujer. Sí conozco el libro de Pemán sobre las cua– lidades de la mujer, donde, con su fina ironía y su prosa perfec 1 ta, nos descubre unas cuantas dotes del alma femenina. Lo cierto es, que sería mejor fijarse en lo bueno que en lo malo. Y que aquello de San Pablo "que hay que vencer el mal eon el bien", vale para aquí. 50
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