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¿La muJer liberada? ( 11) Hemos visto. las estupendas leyes sobre las reivindicaciones fe– meninas o la liberación de la mujer. Hemos citad0 algunas de las más hermosas frases sobre la mujer, y su papel fundamental en el mundo. Pero tenemos que volver a repetir que no siempre la rea– lidad va al unísono con la teoría. Y esto en la misma Iglesia, que es la gran pionera en esta labor defensora de los derechos de la mujer. Nadie ignora que dentro dt· la misma Iglesia, y a partir de una frase de San Pablo, que hacía referencia a una antigua costumbre judía, la mujer ha quedado des– criminada dentro del templo. En el último Sínodo de obispos se levantaron voces muy autorizadas denunciando este hecho. También cristianos tenidos por muy progresistas, parecen retro– ceder cuando se trata de esta reivindicación de los derechos feme– ninos. La cargan de responsabilidades y culpas y le niegan derechos. Quiero transcribir una de las cartas de Papini a las mujeres en su célebre libro "Cartas del Papa Celestino VI". Un Papa inexisten– te. Por lo tanto, la carta es del revolucionario escritor italiano Pa– pini, que dice así a las mujeres: "Sois, casi siempre esclavas de los hombres, pero la maternidacl y la sexualidad os confieren gran poder sobre su ánimo. Sois a la vez, siervas y amas; vuesfra esclavitud merece, sí, excusa y lástima. pero tenéis también que rendir cuentas de casi vuestro universel poder sobre los niños y 1os adultos. Sois hacedoras y dominadoras de los hombres y, por ello, no podéis dejar de responder ante Dios de una parte del mal que cometieron. ...En verdad, y lo afirmo con tristeza infinita, habéis colaborado más en la ruina que en la salvación de los hombres. Vuestro afán de opulencia, de seguridad, ind~nadas de por sí a la conquista del dinero. Habéis preferido a los adinerados y a los poderosos, y los hombres han perseguido, con afán cada vez mayor, para disputarse, las mujeres más deseables; riquezas y supremacías, con los efectos que todos sabemos. Habéis mirado en el hombre la lozanía física más que el vigor espiritual, el valor agresivo y homicida más que la audacia inte- 24