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todas las jurisdicciones. Y en 1970 decreto relativo a la igualdad ju– rídico-laboral entre los sexos. Aunque aquí vale también aquello de "hecha la ley hecha la trampa". Porque las leyes, muy buenas, no siempre se cumplen. Y todos sabemos de mujeres que realizan trabajos idénticos a los mmJculinos, a veces con más efic,acia y cobral1 menos. Aunque nos parezca a nosotros que estamos un tanto retrasados en esta promoción de la mujer, tenemos que decir que la mayoría de las ,naciones occidentales van -poco más o menos- a la par. En Francia no se les concedió el derecho al voto hasta 1946, y en Suiza, el 7 de Febrero de 1971. No obstante, todas esas naciones esti,1 más avan;,:a::his en la pro– moción de la mujer. Y no digamos Estados Unid03, don.de siguen pro - liferando las asociaciones de mujeres que desea:1 rnás y más. El peligro puede ser querer igualarse a los hombres en todo. Lo cunl sería un grave error. Pues fisiológica y sicológicamente la mujer es diferente. El Dr. Horstcin dice, respecto al deporte, algo que vale para todas las facetas de 1a vida femenina: "La lrlliña o joven no debe perder jam&s su carácter femenino y debe evitarse siem¡n.·e en ellas eJ aflin por hatilt' "r, Y.un· cas" deportivas que re(\uieJC,,m un consiguiente esfuei·:w físico. Esto ha de tenerse en cuenta de un modo especial du– rante fa época crítica de la pubm.·tad. La cultura física en las mucha– chas se debe diforendar fundamentalmente de la de los muchachos". (Vida sexual sana). Mas teniendo en .cuenta las diferencias propias de su ser feme– nino, la mujer ha de moverse en la vida y en el mundo ein plan de igualdad con el hombre. Ya escribió Pío XII: "Dios ha favorecido a la mujer con dones inestimables que le permiten transmitir no solamente la vida física, sino también la1> disposiciones más íntimas del alma y las cuahdad.es de orden espiri– tual y moral. Estas mismas cualidades se desligan también feHz– mente ei,n. los demás dominios de la vida oocial. Constituye una aportación indispensable. Las civilizaciones que las ignoran o des .., precian, impidiendo su influencia, sufren necesariamente deforma– ciones más o menos graves que obstaculizan '>U expresión y les con– demm, tarde o temprano, a la esterilidad y al ocaso". 23

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