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\1 NOTA PASTORAL (San Mateo 22, 35-40). El matrimonio, como toda la vida cristiana, tiene en la base un mandamiento fundamental que se desdobla (v. 39: "semejant(>s") en dos: amor a Dios con todo el ser y al prójimo como a sí mismo. Este mandamiento es el principal, no porque anule todos los de– más, sino porque los simplifica al excluir toda obediencia legal que no se identifica con la sum.isión a Dios y el servicio al prójimo, y les da sentido al colocar al hombre no delante de casuísticas, sino siem– pre, y en último término, delante de Dios· y del prÓJimo. Aunque amar al prójimo como a sí mismo sea un modo cristia– no de amor (cfr. 5, 33), quizás en esle c,ontexto esta indicado que el amor al prójimo debe poner en movimiento toda la persona -al igual que el amor a Dios-, y desde luego Cris:o nos enseñará con su ejemplo (cfr. Jn. 13, 34) a amar a los demás más que a nosotros mismos, pues entrega su vida (cfr. Jn. 15, 33, 13, Rom. 5, 8). 200

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