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imagen y semejanza. Le infundió su hálito divino. Y le dio dos co– sas que los animales más perfectos no tienen: la capacidad de h¡:t– blar y la capacidad de razonar. El hombre es el único ser creado que tiene la capacidad de ha– blar. Los demás mugen, braman, rugen... El hombre habla. El hom– bre ha c:onstruido al correr de los siglos un lenguaje, para enten– derse con los humanos y para entenderse, con Dios. Ha inventado un alfabeto. Ha seguido el ejemplo de su Dios escribiendo -y es– culpiendo- miles de obras de arte. Un pensamiento final en esta hora en que el amor es él prota– gonista. Todo el amor que .existe en el mundo. Todo el amor que se derrocha no es nada más que una pequeña partícula de ese gran AMOR "-Dios es AMOR-" que nos creó a "su imagen y semejan– za". Y vuestro amor que os parece el amor más grande del mundo, es un destello de ese gran AMOR. Y ese amor vuestro os llevará a crear a vuestra "imagen y semejanza" a unos seres que os llamarán padres y a los que llamaréis hijos. Por eso nosotros llamamos a Dios: Padre. Somos en realidad sus hijos. Porque El nos creó, El nos c,rea al conservarnos en el ser y El -bendito pensamiento~ nos ama sobre todas las creaturas del uni– verso. 15