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¿Cómo se vence el mal? "De igual manera, vosotros, maridos, en la vid11, común, sed comprensivos con la mujer que es un ser más frágil, respetándola::.:, ya que son también cohe– rederas de la gracia de la Vida, para que vuestras ora– ciones no encuentren obstáculo: con afecto fraternal con humildad. No devolvú.is mal por mal o insulto pcr insulto; al contrario, responded con una bendición, porque vuestra vocación mira a esto: a heredar una bendición". (I Pedro 3, 7-9). Un nuevo horizonte se abre para la mujer. A pesar de lo que antes ha dicho San Pedro, y que reflejaba un ambiente, nos damos cuenta en seguida, que con el cristianismo ha comenzado la libera– ción para la mujer Ante Cristo "no hay hombre o mujer", todos so– mos iguales. Merecen, pues, un gran respeto, por eso de que son co– herederas de la Vida. Esta Vida:, con mayúscula, es la vida cristiana de la gracia. Hay un plano de igualdad en esta vida, que quede bien claro. Lo otro son restos de unas costumbre8, que poco a poco van des– apareciendo. Como hemos visto en otra parte, aún hoy existe una cierta discriminación. Pero la liberación de la mujer llegará. Para ser mujer en plenitud. No para ser "como otro hombre". Vuelve San Pedro sobre unos cuantos consejos, que ya había dado San Pablo, que son los más razonables para mantener la paz del hogar. Son los que todos damos, aunque personalmente nos cues– te cumplirlos en la convivencia. Dejando aquellos en °los que nos he– mos detenido en otra oeiasiones, nos fijaremos en esto que dice San Pedro del afecto fraternal y de la ternura. La ternura que algunos la consideran sinónimo de requiebro, y podemos considerarla como esa serie de atenciones de índole físico, espiritual y familiar, que hacen agradable la vida en común. Como se ha dicho muy bien "la ternura es la pasión en reposo". Es el res– coldo que calienta sin quemar. Y una mujer, Madame Lespinasse, escribió: "La pasión marcha a sobresalto, tiene actos y movimientos. La ternura tiene atenciones: auxilia y consuela". Creo que nada gusta tanto a la mujer como las atenciones, los 158

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