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La alegre oración "Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuesti o corazón: a ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo. Y celebrad la Acción de Gracias: la palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; en-– señaos U,Ms a otros con toda ~abiduría; exhortaros mu– tuamente. Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados. Y todo lo que d-~ palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre de Jesús, ofreciendo Za .4cción de Gracias a Dios Padre por medio de él". (Col. 3, 16-17). Un proverbio chino dice: "Vas a embarcarte, reza una vez. Vas a la guerra, reza dos veces. Vas a casarte, reza tres veces". Lo cual es decir tres veces lo importante y difícil que es el matrimonio. No quiero ser pesimista. Hay muchos matrimonios felices, que viven en perfecta armonía, ¿por qué no pueden ser todos así? Creo que e} culmen de esta armonía está en el rezar juntos. Cuando las almas rezan en común al Señor, es cuando están más unidas. Son como dos llamas que brotan separadas er. la tierra pero se unen a medida que asdenden hacia el cielo. San Pablo, en esta larga exhortación insiste. prácticamente, en una sola cosa: la oración. A nosotros nos extraña un poco esta ma– nera de orar: salmos, himnos, cánticos... La oración doméstica ]a li– mitamos a unas devoqiones, a unos padres nuestros, a enseñar a los niños las oraciones ... San Pablo es un judío. Y no por ser cristiano renegó de su ra– za y de su Biblia. Nadie ignora que la Biblia de los judíos es tam– bién nuestra, con el añadido fundamental del Nuevo Testamento. Y también sabemos que muchos de nuestros ritos son tributarios de los ritos judíos. La primitiva iglesia nació en Jerusalén. Pues bien, la manera de orar que recomienda San Pablo es. la manera que te~ nían de orar las primitivas cristiandades. Hoy se vuelve, en todo, a las fuentes. Porque renovación, '3S justamente eso. Y se quiere para todos los cristianos una devoción más profunda que unas plegarias rezadas de cualquier manera. La auténtica piedad debe fundamentarse en la "palabra de Cris- 150