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El cuerpo y la fornicación "Hermanos: El cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señoi·; y el Señor para el cuerpo. Dios, con su poder, resucitó al Señor y nos resucitará iJam– bién a nosotros". (I Corintios 6, 13c--14). No voy a hablar de los perjuicios de la formcación para la salud. Doctores tiene la medicina que responden categóricamente: que la castidad no perjudica la salud. Que el uso moderado del instinto no perjudica a la salud y que todos los excesos so!l. perjudiciales. Nuestra postura no puede ser negativa. El cuerpo ha sido creado para mucho más que para la fornicación. El cuerpo es un milagro de Dios en su contextura fisiológica. Los atletas, a fuerza de ejerci– cio, han conseguido hacer maravillas con él. El c·.1erpo, es sobre to– do, el arco que lanza la flecha del alma hasta el cielo. No podemos despreciar al QUerpo desde que Dios mismo quiso tomar un cuerpo, también con una finalidad sacrificíal y redentora. Desde ese momento quien desprecie el cuerpo lanza una injuria a Dios. Y no sé c,Ómo se acerca con toda devoción y respeto a recibir el Cuerpo de Cristo. Lo que reprobamos aquí, lo que reprueba San Pablo. es esa idea pagana tan extendida en todo el mundo griego y romano de ernton– QeS, de que todo lo que pedía el cuerpo era lícito. Y por tanto los actos de fornicación, el amor libre entre hombre y mujer, era algo normal, no tenía ninguna importancia. Desgraciadamente esas ideas también están sumamente extendi– das ahora. Lo cual quiere decir que subyace un paganismo agudo bajo nuestra capa de cristianismo superficial. Y eso 110 puede ser así, por razones evidentes que San Pablo irá dando a lo largo de este capítulo de su carta a los Corintios. La lecitura de hoy sólo propone unas pocas. El cuerpo no es para la fornicación, como el vientre no es para la comida. Lo cual equivale a decir que nosotros no vivimos para comer, sino que comemos para vivir. Y de la misma manera que hay que comer para conservar la vida, hay que usar de la sexuali– dad para conservar la especie. Lo cual presupone una familia. Una reglamentación. Un mutuo acuer-do. En fin, unas leyes divi.nas y hu- 122

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