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tensiones que sin duda la vida, las dificultades, nos tienen que traer. No puede haber paz sin dominio, de sí mismo. Dominio, que tie– ne que llegar, -y seguimos el comentario- de lograr que os en– vuelvan en una aureola de buena reputación de honrados, pacíficos, comprensivos ... Una paz que jamás devuelva los tiros."Si uno no quiere, dos no riií.N1.". Si uno de los beUgeTantes no mantiene la cabeza fría, sere– na, cristianamente erguida para mantener los principios cristianos de la caridad, entonces la paz se quiebra. Se ha dicho que la virtud fundamental es la humildad. No la más excelente -que es la caridad- pero sí la fundamental. Como en el edificio donde vivís vosotros, no son los más bellos los cimientos, pero son los fundamentos. Si ellos fallasen todo se vendría abajo. Lo mismo en vuestra vida. Creerse más que los demás, aunque se tengan algunas cualidades superiores; andar siempre con pretensio– nes y reclamaCriones, despreciar a los de abajo, pensando que estáis arriba., es la mejor manera para terminar no entendiéndose con na– die. Como personas todos somos iguales. Si alguno sobresale en algo es menor en otras mil cosas. Por eso no ha de ~norgullecerse. La humildad es una de las virtudes que hará que la paloma de la paz se pose en nuestras vidas. Acomodarse a todos. Saber reir y llorar a su debido tiempo. Sa- . ber dar la felicitación y el pésame oportunamente. Que nada de los hombres que están próximos a nosotros nos sea ajeno. Viviendo así, viviendo humanamente, cristianamente. Constituiremos un mundo mejor. Tendremos paz y un cierto bienestar en la vida. Pues el bienestar no consiste sólo en tener una buena cuenta corriente, agua corriente y demás etciéteras, una casa ultra... , sino en saber vivir la vida con esa felicidad que nos dan los amigos, los conocidos, aque,– llos que limitan con nosotros en cualquier circunstancia que nos encontremos. ¿Llegaremos por ese camino a bendecir a los que nos persiguen y nos maldicen? Una meta muy alta es. Pero es una meta cristiana. Y sólo quien apunta muy alto llega a las cimas. Vosotros "por vues– tra parte, y en cuanto sea posible..." Que también San Pablo sabe· que la paciencia tiene un límite. 119