BCCCAP00000000000000000000734

ran regalo "Hermanos: Os exhorto, por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como hostia viva, santa, agraclable a Dios_: éste es vuestro culto razona– ble. Y no os ajustéis a este mundo, sino transformao?' por la renovación de la mente, para que sepáis discer– nir lo que es voluntad de Dios, lo bueno, lo que le agra– da, lo perfecto". (Romanos, 12, 1-2). Los novios se suelen hacer muchos y mutuos regalos. Es una manera de expresar el amor que se tienen. Después de casados se olvidan de hacerse regalos, aunque los comerciantes no hacen más que recordarles diversas efemérides e inventar días: como el de la madre, que es el negocio padre de los comerciantes. Pero lo cierto es que los regalos disminuyen. Sin embargo se han hecho el gran re– galo. Se han donado mutuamente el cuerpo y el alma. Se han en– tregado, para toda la vida y para todas las circunstanciHs de la vi– da: felices y adversas. Y todo lo tienen en común. Cuando San Pablo habla· de los cuerpos, en esta carta, no habla de la pureza, como a veces se ha interpretado ascéticamente. Ha– blará en otros párrafos. Lo evidente es que habl,:i. de dar culto a Dios. Un culto que no consista en dar cosas a Dios, hacer regalos a Dios, sino darse. Dar el cuerpo. Un culto, por tanto externo. Ofrecer esa vida que Dios nos ha dado: "Heme aquí, Señor. Vuestro soy. Vuestro quiero ser. Haced de mí lo que os plazca". Sino también el alma. Para eso se requiere una renovación de la mente. La palabra re– novación creíamos haberla inventado en nuestro siglo. Se ha habla– do, se habla, tanto de ella... Y la renovación es tan antigua como la vida. La vida humana se renueva, en el cuerpo, cada cinco años, totalmente. Lo peligroso es que, mientras, el alma puede que_darse anquilosada. Y en el caso que nos ocupa, eso podría sucederle, cuan– do dando a Dios un culto externo, no se lo diésemos de<;de el fondo del alma. Esto consiste en tener criterios cristianos en todo. Mirar las co– sas con los ojos de Cristo. Para eso debemos de estudiar 8 Cristo: en los Evangelios, en la revelación, en los santos. Y tratar de con- 114

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz