BCCCAP00000000000000000000734
auténtico amor ~,. Dios os librará de haceros unos beatos. Y la gran delicadeza para con Dios es tenerle presente siempre en vuestros corazones. Tener siempre la grac,ia de Dios en vuestras almas. Teniendo esto, podéis haeer lo que queráis, las cosas más vul– gares serán sublimes, pues las hacéis por Dios y con Dios. ¿ Es difí– cil esto? Decir a un enamorado que tenga siempre presente a la person.a que ama, no creo que suponga ninguna dificultad. Y ¿por qué no nos enamoramos de Dios? Ahora que se derrocha tanto amor en el mundo ... : Pues nos basta abrir una radio, una televisión, una revista, un periódico... y a pesar de las guerras, encontramos que sin cesar nos están ha– blando de amor ... Y sin embargo ... Quiero terminar es,tos p 1 _un:tos suspensivos recordando aquieUa anécdota de San Francisco de Asís, el gran enamorado y cantor del amor en su ciudad medieval, que cuando descubrió el amor de Dios, iba gritando por los campos y montes: -"El Amor no es ama– do... El Amor no es amado". El amor de Dios, pese a los progresos en el amor, sigue siendo el gran desconocido. Sería bueno que vosotros que os amáis tanto, que os amáis bien, que debéis amaros cada vez más, mostráseis con vuestra vida cristiiana, ese amor que los hombres debemos tener a Dios. Y si en alguna ocasión El os pide un gesto sublime de amor, dad un paso adelante, que El estará a vuestro lado. Hasta el mis– mo martirio. Y te parecerá fácil. Decía San Agustín: "Allí donde hay amor no hay padecer, o bien si el padecer existe, se ama" 7 109
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz