BCCCAP00000000000000000000734

Amor de Dios por los hombres "Hermanos: Si Dios está con nosotros ¿quién es– tará contra nosotros? El que no perdonó a su pro– pio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por nos– otros, ¿cómo no nos dará todo con El? ¿Quién acu– sará a los elegidos de Dios? Dios es el que 1ustifica. ¿Quién condenará? ¿Será acaso Cristo que murió, más aún, resucitó y está a la derecha de· Dios, que intercede por nosotros?" (Romanos, 8, 31 b-34). En la película "Marcelino, pan y vino", llega un momento en el que para aterrar al niño y evitar que suba peligrosamente por la escalera del desván, le dicen que allá arriba hay un hombre muy alto que se lleva a los niños. Sólo le hacía falta eso a Marcelino pa– ra que no pudiese contenerse. Y un día subió y se encontró arriba con Jesús crucificado, que era alto, pero no terrible, sino dulce y bueno. Y volvió muchas veces. A los niños, algunos, para conseguir que se porten bien, les ate– rrorizan con los castigos de Dios, que tiene un infierno ... Y así se va formando en el alma infantil el concepto de un Dios tirano, que anda acechando a los hombres para ver c:;ómo les coge en una falta para meterles en el infierno. Y nada más contrario al auténtico con– cepto de Dios. Dios no es un tirano. "Dios es amor". Pero con un amor que res– plandece en el sacrificio. "Pues nadie ama más que el que da la vida por sus amigos". El sacrificio es la verdadera piedra de toque del amor. Seguramente que en las mutuas palabras de amor, ha sonado alguna vez esta frase, sincera, pero impensada: "Yo daría la vida por ti". A lo mejor es verdad. A lo mejor llega la ocasiól1. de demos– trar eso, de tener que dar la vida el µno por el otro. Y manifestar así la sinceridad y la grandeza de vuestro amor. Mas hasta ahora sólo uno ha dado la vida por nosotros: Jesucris– to. Y la ha dado de una manera calculada, cordial, intensa. Pues no la dio en un momento de arrebato, de heroísmo precipitado. Desde toda la eternidad estuvo calculado ese gesto de amor de Dios por nosotros. Por eso dice el Señor por el profeta: "Con amor 106