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92 El !homb11e redimido ttene doblB vida; una na– tura:J. y otra sobrenatural; así tiene también dos nacimientos. Por la vida natural nace de sus padres, d:escenfüentes de Adán. Por la vida sobre– natural nace hijo de Dios por JBsucristo. El bau– tismo Bs un acto dB muerte y de vida. De muerte del viejo Adán dBcaído; de vida en el Nuevo Adán, Cristo, •en el que vive ,como el sarmiento en la vid. Dos vidas, dos nacimientos de ,diversa dig– nidad. Pero ¿qué comparadón tiene 1a vida hu– mana con la vida divina? La más pequeña par– tecita de vida sobrenatural vale más que el mundo entero. Fin de la vida natural y fin, .de la sobrenatural. La Santa Escritura llama a la vida natural una sombra, un viento que. pasa, un poco de humo que se desvanece, hierba del campo que se mar– chita, se siega y se seca. La v:i:da ,es breve y nena de miserias; un poco de esperanza, un poco de sueño, un poco de amor, un poco de odio y pasa. Viene la muerte ... La vida sobrenatural no tiene fin. La muerte será el día del nadmiento 1 eterno, de la alegría eterna. Vuestra vida de incierta se convierte en cierta; de temporal, en 'etBrna; de dolorosa, en gloriosa... Vivirem~s eternamente con Dios... Nuestra verdadera vida.-La f,e nos reve\la el se– creto d:e nuestra verdadera vida. La fe abre nue– vos horizontes y dilata nuestros corazones. Pm nuestra elevación sobrenatural Dios nos hacE capaces de sí mismo; de amarle, conocerle, y no,:

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