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55 di.Bndo, o se ,e~onen a: peligro de eterna conde– nación, si no corr,esponden. Cuando se trata d-e la gracia, ,es necesario s-eguirla carde magno et ani– mo volenti ( 45). <<Parc:t:tm cor meum, paratum cor meurn» ( 46). Exclamar con San Pablo: Se– ñor, qué q1l!eréis que haga. Viam mandatorum cucurri cum dilastati c~Yr meum ( 47). 3. Constancia.-Muchos empiezan, pero pocos terminan. EI hombre es muy inconstante. Cuan– do encuentra obstáculo.s fácilmente retrocede, se cansa, ilo deja todo. No ~l que empieza, sino el que persevera en la gra~ia hasta el ;fin, éste será salvo (48). IV. LA INCORRESPON:JENCIA A LAS GRACIAS Recorldemos la iparábcla del si;ervo perezoso y io}gazán. Be'C'vde rationean villicationis tuae ( 49). \ medida ,que aumentar: (ios dones, crece la ma– ¡eria sobre la ,cual ,se iha.brá de dar ,cuenta. ,M ¡ue se 1e ha dado mucho, .se le 1 exigi 1 rá mucho. Es necesario negociar ccn los talentos, muchos pocos... , corresponder &. las gracias... No se'!:" .riboles infructuosos... Escribe San Pablo a los ,ebreos: «Porque la tierra que bebe la lluvia que recuent,emente cae sobre e•lla, si produce plan- (4!5) II Mach., 1,3 1 • (4161) Ps., 107,2. (47) Ps., J.18,32. (48) Niatt., X, 2:2. (49·) Luc., rn.,:2.

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