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49 tas dos proposiciones son de fe. La gracia actual es necesaria al jus:to para rtodo acto saludable que cumple. Es próxima ,a fe. El Cor.cilio de Trento ,enseña que, Jesucristo, como cabeza ,en los mi,embros y como tronco de la vid, hace co– rr,er incesantemente fa virtud en los justos; la cual virtud siempre, antecede, acompaña y sigue sus buenas obras y sin la cua,1 en ningún modo podrían ser aceptas a Dios y meritorias (32). «Sine me nihil potestis facere» (33). Sin üna gracia especia1l, ,el justo no puede du– rante toda su vida ,evitar todo pecado venial. Es de fe. Sin un auxilio especial de la gracia el jus– to no puede perseverar hasta Ia muerte en la justicia recibida. Es de fe, (34). Todos los justos la tienen para poder perseverar, pero só'lo los elegidos tienen la persev,erancia ,ef,ectiva. 2. Gratuidad y .almndancia.-La gracia es sobre las ,exigencias de la naturaleza. Por eso se llama sobrenatural. Pios nos da la gracia porque quie– re y por puro amor. El hombre con solas las fuer– zas de la naturaleza no puede exigirla ni mere·– cerla, por lo menos si es la primera en la serie. La gracia depende de la divina bondad, No sería gracia si no fuera gratuita. Dios concede la gracia abundantemente y con generosidad. Dice San Pablo que en J etr.1cristo habita toda la plenitud de la deidad, y que nos- (3'2) Denz., 809. (33) Ioann., XJV,, 5'. (13•4) Denz., 183. 4

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