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37 Jla:ma también justificante y santificante, a la cual acompañan también las virtudes infusas lY los don-es del Espíritu Santo. Esta división es muy importante, y nosotros nos ocuparemos de las dos ,especies, .tratando primero de la gracia actual y después de la santificante. IV. NECESIDAD Y EXCELENCIA DE LA GRACIA La gracia es indispensable para la salvación del alma. Ninguno puede entrar ,en el cielo y ver a Dios intuitivamente sin la gracia santificante. Por la gracia se nos perdonan los pecados per– sonales y el p,ecado orig,inal; por la gracia nos hacemos hijos adoptivos de Dios; por la gracia nos convertimos en templos vivos del Espíritu Santo; por la gracia adquirimos la amistad de Dios y el derecho al paraíso; con la gracia y por la gracia nos santificamos; por la gracia en– traremos ,en la, posesión ,eterna de Di.os y 1e ve– remos intuitivamente (26). La gracia ,es un tesoro inefable ,que ahora no podemos comprender. Por esto dice Santo To– más «que el bien de la gracia de un hombre solo es mayor que el bten de la naturaleza y de todo el univ,erso» (I-2, q.113, ad 2). La gracia de Dios no solamente sobrepuja a las estrellas y a todos los ciielos, p,ero también a todos los ángeles; por– que si Pios diera a uno todos los bienes del mun– do y le hiciese señor de las ,estrellas, aunque •ellas (216) Más adelante iremos desarrollando estos puntos.
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