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36 beneficiar a los demás. La gracia gratum faciens se concede a to-dos, la otra sólo a algunos; aqué– lla es más excelente, porque se ordena inmedia– tamente al fin sobrenatural y hace aceptas y gratas a Dios las personas que la r-eciben. Por razón del estado del hombre que la recibe puede namars-e ezevante y medicinal o sanante; ésta supone al l'iombre caí,do. Por razón d-e la actividad humana, puede ser operante o coope– rante excitante o auxiliante, según que muev-e o actúa solo Dios sin nosotros, o nosü"tros con Dios y bajo la moción de Dios... Por razón de su virtualidad, puede distinguirse en suficiente y eficaz. De esta especie hablaremos en otro [ugar. 5. Gracia actual y hahüual.-Por razón del su– jeto y de los efectos se divide en gracia actuarl y habitual o santificante. La gracia actual es una ayuda interior sobrenatural y transeúnte por la cual nos movemos y ayudamos a hacer actos sobr,ena'curales. Pios ilumina el ,entendimiento y mueve la voluntad para cumplir actos .saluda– bles. Consiste en una lu;z y una fuerza: luz para ,el entendimiento, fuerza para la voluntad... ; previ-ene, acompaña y sigue nuestros actos para el bien. La gracia habitual es un don sobrenatural que mora en nosotros como cualidad permanen– te y nos establece en el estado de santidad y de justicia. Se rtdhi-ere a la substancia del alma como un hábito; por esto se llama habitual. Se

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