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27 to del Señor, cometieron la culpa gr,av,e como progenitores y repr,esentantes de toda la huma– nidad. Esta cul,pa de orig,en se transmite a todos sus descendientes. Dios, ,en su infinita misericovdia, para nues– tro bien y porque nos amó desde la ,eternidsd, envió ,a su único Hijo, al Verbo Encarnado, para redimirnos, reconciliarnos con El y ,elevarnos al orden sobr,enatural que habíamos perdido por el pecado de Adán. Elevados los hombres, así caí– dos, a la visión beatífica, nec,esariamente tenía que ,c:varles los medios adecuados para conseguir– la. Estos medios necesarios o auxilios espiritual,es que nos mereció Cristo ~on su Encarnación, Vida, Pasión y Muerte se designan comúnmente con el nombre de gracia. Los teólogos suelen definirla diciendo que es un don sobrenatural, concedido por Dios a Za criatura racional, en ordJ.en a la vida eterna. Toca la doctrina referente a· ,este don sobr,enatural es de máxima importancia, porque influye en nues– tra vida moral, cristiana, religiosa, mística, tem– poral y ,eterna. Por medio de la gracia no sólo se conocen las ,cosas que se han de hac,er, sino .tam– bién las •cosas que se han de amar. Para mejor conocer la doctrina ,católica ac,erca de la gracia nos conviene también conocer los errores. Excluyendo lo que no ,es, venimos mejor al ,conocimiento de lo que es 3. Errores.- Hay errores opuestos: unos pe– can por defecto, otros por exceso. Los error,es