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279 dancia de las riquezas. Sie dice animal, en cuan– to ha,c,e al hombr,e idel<eita:se en los goces sensua– les. Se ~e da e~ nombre de 1d:iabóüca, porque hace al hombr,e soHcito para deleitarse en ,1a. exce– lencia y ambición de las pompas secular,es. De esta triple s,abiduría 1füce el Apóstol a los e.e Corinto: «A.sí está esc::-ito : Destruiré la sabi– duría de los sabios y desecharé la prud 1 erncia de los prud!entes» (1). Esta es ila sabiduría de la cual dice Jer.emías: «Para ha,c,er el mal son sabios, mas erl bien no saben hacerlo» (2). Esta es una sabiduría mundana, ,contraria a Jas ,enseñanzas de Cristo, que vivió, padeció y murió para des– t:uir la f,a'1sa sabiduría del mundo. b)' Sabi1durva die arriba.-¿Cuál es la sabiduría qu,e es de arriba y que desciende deil ,cielo? La v;2rdadera sahiduria ,es luz •que desdende de arri– ba., del Padrie de la;s 11uces, ,ct:e quien proviene toda dádiva preciosa y todo don perfoC'to. Esta luz des– ciende para iluminar nu€stra potencia intelec– tiva, pam regocijar nuest::a potencia afe,ctiva y para robustecer nuestra potencia operativa. Primero, es luz que ilumina nuesitra potencia intelectiva. ES el 11esplandor de la luz e:terna, y un espejo sin manrcma de aa majieistad idie Dios, y una imagen de :su bonde-d. Y con ser una sola lo puede todo; y si-endo 1 er: sí tnimutable, todo lo r€nueva, y se derrama por ,las naiciones ,entre las abnas santas. s,egundo, •es luz para di:"igir nuestra potencia (1) Cor., I, 1,19. (2 1) Ier., IV, 22,.

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