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278 saber. Los modernos la representan en forma de una joven que lleva en la mano derecha una lám– para encendida y ,en [a izquierda un libro. La sabiduría divina ha sido representada de varios modos: unas veces ,como una mrutrona sentada en su trono, roderucta de las virtudes que la acom– pañan; y otras veces de múltiples formas. Narra la tradición que fué Pitágoras ,el pri– mero que rechazó el nombre de sabio y Io sus– tituyó por e1 nombrn idie filósofo, el que aspira a la sabiduría o amante d-e la sabiduría. Esta sabi– duría, ,en el orden humano, no ,es más que ,e:l co– nocimiento y la penetración de las razones últi– mas de las ,cosas. También es fr,e-cuente dar a la sabiduría un sentido más integral, haciéndola compr,ender la perfección tanto ,en el or,den es– pe,culativo ,como en el orden :práctico; enton– e-es es la verdadera 'Ciencia d,e- la vida, sujetan– do el pensamiento a la acción, y subordinando todas 1las ,cosas a una finalidad suprema. San Buenaventura distingue dos clases de sa– biduría: una de arriba y otra de abajo; una ,ce– lestial y otra terrena; una :lieffiporal y otra eterna... ay Sabiduría de abajo.-J..,a sabiduría que es de abajo la describe el .Apóstol Santiago con es– tas palabras: «No hay para qué gloriarse y le– vantar mentiras contra ,1a verdad. Que esa sa– biduria no ,es la que desc:Lenidie de arriba; sino más bien una sabiduría terr,ena, animal y dia– bóli.ca . Se llama sabiduría terrena, en cuanto ha– ce ail hombre solicito para deleitarse en la abun-
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