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259 cvn ,el don de ,consejo nos inspirarán, nos ilumi– :r:,arán, nos darán .aci,erto 1en la resolución ... 10) Est,e don nos sirve para conocer mejor la vanidad de ,las cosas de este mundo. Salomón, después de haber gustado de todas las cosas, s8!có esta ,concJu:sión diesg,arradora: ¡Vanidad de vani– d~des y aflicción de espíritu! En realidad ninguna c1•iatura ni el c.:i.mulo de todas enas pued 1 e saciar nuestro corazón, que ttene aspira-ciones y ,ansias infinitas. Sentimos la t,asicinación de las criatu– ras; lo ,que la ;Escritura ¡:ama fascinatio nuga– c;tatis (12); nos deslumb::-an ,con su brillo, nos atraen, nos s,eiducen, nos encantan y con fre,cuen– cia nos a;partan ,de Dios. El placer nos envHece, el honor nos ,embriaga, 1as riquezas nos encadenan, las criaturas nos aprisionen ... Hijos de los hom– b::.-es, ¿,por qué amáis aa vanidad y buscáis la rr_entira? (13). Tarde o ter::iprano encontrnréis el vado y la amargura, y Dios quiera que no caigáis en la eterna condenación, donde ya no hay re– dención. 11) Finalmente, con ,esúe don el alma se r,e– moota a D1os por la ,escala. luminosa de la crea– ción. Cuando Dios coote,tnpló las ,cosas criadas rió que todas ,ellas e,ran buenas, porque todas ellas son_1destellos de la divina hermosura. Con mayor ) menor resplandor, en todas ,enas se vislumbra la suma belleza del Creadcr. La ,contempló tam- (li2) Sap., IIV, 12. (iJ.13,) Ps., ]V, 3.

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