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21 focto tiende a la ,comunicación de bienes: lo tuyo mío ry lo mío tuyo. Jesús en la oración sacerdotal dijo al Padr,e: «Todas mis cosas son tuyas; y todas Ias tuyas son mías» (8). S,e ama al amaid:o para poseerle en nosotros, y se ama para ser po– seídos por él. Son dos aspectos diel mismq amor que tiende a la unidad. Cuando ,amamos, que– remos poseer y ser posefdos. Este fenómeno se verifica también ,entre ,el Espíritu Santo y ,el alma. El Espíritu Santo se nos da con todos sas dones y nosotros queremos darnos 'ª El, para que nos posea completamente. Esta posesión es algo per.manente. En la Eu– caristía viene Jesús a nosotros me 1 diante la co– munión, y su presencia real dura cuanto dura:'1 las espedes ,sacramental€s. )?ero el Espíritu San– to establece su morada en nosotros ,ct,e un modo permanente. Es cierto que este divino Huésped, por razón de la unión con las otras Divinas Per– sonas, no pued€ ,estar solo ni separado; por eso dice ,la Escritura ique si .ailguno me ama y obser– va mis mandamientos, vendremos a él y haremos nuestra mansión ,en él (9). ,Así 1 es que por la po– s-esión del Espíritu Santo poseemos a la Santí– sima Trinidad y ésta nos posee. Esta donación sin reserva de parte del alma r,equiere una consagración total y completa al servicio del amado. Esta consagración se puede expresar de esta o .semejante forma: Espíritu Santo, te consagro mi ,cuerpo y mis (181) Joann., X'VEI', 123. c:g,¡ rann., xrvr, 2,3,_
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