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242 tico: «Los dichos de los sabios son como aguijo– nes y como clavos hincados profundamente, y estos dichos ha dado ,el único Pastor, mediante la •enseñanza de los maestros» (2). Así que aña– de San Buenav,entura: «Si quieres saber ,el tes– timonio de los santos acere.a de estos consejos, pr,egunta a ,Antonio, .a Pafnucio y a Macario... Pregunta a los Pontífices Basilio, Agustín, Mar– tín, Gr,egorio... Pregunta también a Benito, a Domingo, a F,rancisco, los cuales determinaron guardar todos estos consejos» (3). Pre,gunta a los santos de tu On:Len, a los maiestros en virtud y doctrina, a •los ejemplares de 1a vida religiosa... Sigue ,sus consejos, sus ,enseñanzas, sus ej,ein– plos. , Si te preguntan, o te piden consejo, no te dejes d,ominar por ,el respeto humano, por motivos de prudencia •carnal, mira a lo que es más recto, pru– dente y conveniente. De tal modo que nunca ten– gas que arrepentirte de haber dado un mal con– sejo a tu hermano, y seas responsable de las ma– las consecuencias. Malos consejeros.-Debes elegir buenos conse– jeros; pero también debes evitar los malos. Dice el Eclesiástico: «Guarda tu alma icLel ma!l conse– jero» ( 4). Eíl espíritu del mal consejo destruiye la inteligencia. ¿Quién ,es este •espkitu? :El que convierte la.e: (i2.) Eccli., XII, 11. (3) S. BUENAV., Op. cit., p. 5 1 5'5. (4) Eccli., 37,9.
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