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192 das las Ordenes cabaJler,escas se esforzaban por la defensa o conquista del reino de Cristo. Existía también una Orden llamada del Espíri,tu Santo. Sus miembros debían ser hombres que con algún gesto heroico y noble pudi,eran ,contrfüuir a la glori,a de 1 1 Espíritu Santo. En el acto de la inves– tidura, -el Gran Maestre ponía sobre el ,cueJlo de1 candidato las insignias de la Orden: una cruz pendiente de una cadena y adornada con una paloma, símbolo del Espíritu Santo; le imponía el manto, adornado como 1 1a -cadena con el mis– mo símbolo. Después le tocaba la -cara con la ,es– pada y ,le decía: Por el honor de Dios soportad este golpe, pero no tolerar otro alguno. S 1 e vaLe– roso. Es mejor ser caballero, que siervo. El que era consagrado caballe 1 ro del Espíritu Santo te– nía que ,conocer bien el significado de las cere– monias. También nosotros hemos sido consagrados ca– balleros del Espíritu Santo, por el Sacramento de '1a Confirmación. El obispo toca ligeramente la ,cara del confirmado diciéndol!e: Pax tecum. Parece r,ecordar las ceremonias de 'la caballería mefüeval. :Es mejor vivir caballeros del Espíritu Santo que dejars,e herir por el pe,cado. Es necesa– rio ser enemigos implacables de la iniquidad, del pecado mortal y venial, de las inclinaciones pe– caminosas, para poder vivir en la verdadera paz, amando a Dios. En ,las prisiones de Dinamarca, Jfamadas Munkolm, sobr-e una lápida de una ventana se le-en estas palabras: Fielmente hasta la muerte. Las -escribió 1 el ministro Griff,eudeld,
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