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188 que coopere en la santificación de los demás, oi– gamos lo que nos dice San :J?ablo: «Pistribucio– nes hay de ,carismas, pero un mismo Espíritu; y distribuciones hay de ministerios, pero un mis– mo Señor; y distribuciones hay de operaciones, pero un mismo Pios, quien obra todas las cosas •en todos. A •Calda •cual se da manifestación del Es– píritu para .e:1 provecho común. Porque ,a uno se le da lenguaje de sabiduría por el Espíritu; a otro, lenguaje de ciencia ,según el mismo Espí– ritu; a otro, fe en virtud de 1 1 mismo Espíritu; a otro, carismas de curaciones ,en un mismo Es– pírd.tu; a otro, operaciones de milagros; a otro, prof,ecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, variedad de lenguas; a ot1co, interpretación de lenguas; mas todas estas cosas obra un mis– mo Espíritu, repartiendo, •en parti,cular, a cada uno según quiere» (4). Así el Espíriitu Santo, de un modo ordinari,o o extraol'dinario, ,es el que obra ,en 1a Iglesia y ,en sus :miembros por medio de sus gracias, d-e sus virtudes y de sus dones. Es fuego .que ilumina y calienta a las almas. Es paloma cándida que ha– ce sencillos, humildes, caritativos. Es nube que defiende de los ardores de las pasiones. Es vien– to que ,doblega las voluntades para el bten. Es motor divino que pone en ,actividad el organis– mo espiritua'1. . (4) I cor., XII, 4-H.