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125 tos como vuestro Padre celestial ,es perf,ec– to» (140 ibis). La Trini•dad divina se opone a la trinidad in– fernal, es decir, a la ,concupiscencia de la carne, a la concupiscencia de los ojos y a la soberbia cte la vid-a (141). Y ,contra esta ibestia de tres •~abezas tenemos que• dirigir continuamenrte nues– tra }ucha en nombre de la /3,anrtísima Trinidad. Jesús en la oración sacerdotal, poco antes de morir, ruega por nosotros, diciendo: «Que éstos sean una misma cosa como nosotros somos una misma cosa» (141 ibis). Las Tres Divinas P.ersonas se camuniican todo .lo ,qflJ!e ,entr,e -ellas ,es comuni– cab1e; también de ¡parte nuestra comuntquemos al prójimo 'todo ,el bien que ¡podamos; estemos unild:os con 110s vínculos de la ,caridad fraterna .c::imo los :antiguos cristianos, de los ,cual-es se de,cía que tenían un solo ,corazón~ una sola aiJ.– ma... Con ,estas tre.s potenci,as y sus respectivas aociones demos culto y· rindamos obsequios a la Trinidad Increada. 4. <<Auferte deos alienos)).- Cuando el conquis– Jador de la ti,erra prometida fué a Siquem para norir, acudieron allí los jefes, los jueces, los ma– ¡istrados, con los repres,entantes de las tri,bus de srael, para escuchar sus últimas palabras; Josué 3S dijo: Auferte deos alienos de medio ves– "i (142). Quitad, arrojaid de en medio 1cLei vosotros (:40 bis) Matt., V, 48. (,¡4,1) I Ioann., n, :116. (1!41 bis) IoaJnn., XVII, 2:2. (14c;!.) Ios., X..XW:, 2C31.

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