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124 Eterna. Entonces sobre 1a ,cima de una torre, es– plé:ndtdo y páilido, 1 entr,e el fuego y ,el humo a;pa– reció la veneranda figura del Papa Gregario VII y con gesto solemne hizo 1a señal de la cruz so– bre ,}as llamas. Luego se apa,gó el fuego como si cayera una copiosa .Jluvia. TOidas las veces que a nosotros nos :c,erique e1 enemigo rrebelde, to·das las veces quB las llamas de las pasiones se levanten, todas las veces que nos ,encontremos en la an– gustia y en el dolor, demos gloria a la Santísima Trinidad, hagamos la señal dB la cruz sobre nos– otros sin respeto humano ry con reverBncia, y Dios Trino y Uno nos ayudará y nos defenderá. Otra oración es ,el Gloria Patri. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espiritu Santo. Ahora y siempre, por los siglos de los siglos. A.mén. Santa Catalina de Sena, subiendo y bajando las esca– leras y a cada mom~mto, solía saludar a Dios de esta manera. Una vez, subiendo la escalera, vió a su lado a Jesµs. Continuó la Santa, dic1endo: «Gloria al Padre, y a Ti, y al Espíritu Santo». Lo mismo otra vez estaba paseando diciendo el oficio divino. .Al llegar al Gloria Patri, vió a Je– sús también a su lado que la acompañaba. En– tonc~es dijo: «Gloria al Padr,e, y a Ti, y al Espíritu Santo». 3. Con la voluntad, obrando. ~Cu in ipl i en d cuanto Dios Trino y Uno ha ordenado en el 01 den natural y sobrenatural, por los mandamier tos de Dios y de la Iglesia, por los deberes d propio estado libremente abrazado. «Sed perfe 1