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120 III. COMPARACIONES ¿A qué es comparable el alma en estado de gracia santificante? Son muchas y expresivas las comparaciones, entre las cuales podemos recor– dar las siguientes: 1) El pesebre de Belén.~El Verbo de Dios en– carnado reposó en el pobre y humilde pesebre de Belén compuesto de cosas materiales e inertes. Tú eres un pesebre vivo ry animado, donde des– cansan las Tres Divinas Personas. En ti mismo puedes adorarlas y llamar a la Virgen Santísima, a san José, a los ángeles y pastores para que ven– gan a adorar contigo al mismo Dios que enos adoraron en la cuna de Belén. Recuerda el ejem– plo de Leónidas. 2) La píxide.~En la píxide o copón, ya sea d€ oro, de plata o de simple metal, si ,contiene hos– tias consagradas, está real y verdaderamente el Cuerpo de Cristo, y los cristianos se arrodillan ~ adoran a Jesús sacramentado. Tú te puedes con– siderar ,como un copón vivo, en quien está no sólc Cristo, sino las Tres Personas Divinas, que espe– ran en ti. :En 1914 unas religiosas belgas, huyendo de lf invasión alemana, se refugiaron en Holanda. Lf superiora, antes de marchar, tomó el copón y l< llevó consigo al destierro. Esta y sus religiosa, tenían un gozo indecible en }levarse a Jesús sa cramentado y acompañarle. l\1uy justo era su re gocijo y muy agradable la compañía. Pero, ¿pen