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BUSQUEDA SEÑOR., DAME DELICADEZA La naturaleza es maestra de sabiduría. Une a la máxima espontaneidad el sup,remo acierto. Las cosas sencillas me dan un ejemplo de vida digna que pro– curaré copiar. Quién me diera ser delicado sin afec– tación como el agua - "sor agua" - casta, transpa– rente, luminosa. , Quiero delicadeza para acercarme al hombre que se me cruza por la calle con el gesto hosco, por cul– pa suya y por culpa mía, que correspondo con frial– dades a la frialdad. La contemplación de la natura– leza me ha llevado a un propósito sano: ser delicá– do por virtud y por provecho propio. Por amor a la belleza e, incluso, por amor al •bienestar personal. He visto que la flor que resiste a la noche y al sol fuerte de la canícula se abre mansamente al primer rayo de sol. He visto que el sol calcinante abrasa las es– pigas sin granar aún, mientras que el rayo tibio del sol matinal madura a tiempo y ,sazona el grano. Dame delicadeza, Dios mío. Que me acerque al hermano como la madre al niño pequeño. Que estreche con calor la mano del amigo. Y que sea afectivo con virilidad, pero con calor. - 94 -