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BUSQUEDA SEÑOR, DAME SENCILLEZ Me encanta la sencillez que sabe lo que quiere y lo pide alegremente. Odio, en cambio, los caminos tortuosos de la insinceridad. La sencillez aborrece los cosméticos, y el colorete y la hipocresía. Gusta de lo ingenuo, de lo natural, de lo auténtico. Dos mo-. dos de ser: la ampulosidad y la simplicidad, el ador– no sobrecargado y la línea pura, la abundancia de carne en el verso, en la conversación, en la mesa y · la sobria elegancia espiritual que es un don del cielo. La sencillez es aislamiento, intimidad, ternura. La naturaleza es sencilla sin afectación. Nunca le nacieron a la palmera plumas de pavo real. Nun– ca bu:;;có la brisa acompañamiento de música negra. Nunca quiso altavoz el jilguero para cantar. Hazme sencillo como las cosas primitivas, limpias y pulcras. Que no sea pedante, ni grandilocuente. Que cuando te busque, no haga silogismos. Que te llame senci– llamente como el niño que llama: "Padre mío Dios, ¿dónde estás?" - 88 -