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BUSQUEDA SEÑOR, DAME SEGURIDAD Ser hombre es vivir en riesgo. ¡Hay tantas defor– maciones posibles! En un momento dado el mal se "disfraza" y pasa por bien en el mercado negro de las pasiones. Ya disite. Tú la voz de alarma para que no nos dejáramos seducir por los lobos vestidos con piel de corderos. La vida es riesgo porque el hom– bre pierde el control de su inteligencia y admite el error. Riesgo, porque el corazón tiene sus "razones", irracionales las· más de, las v,eo~s y exige ser escucha– do. Bastante lucha la del hombre que ha de soportar la carga de un corazón caprichoso. Mientras el cora– zón no deje de latir es ¡posible todo, para el bien y para el mal. Ni el mismo crimen queda descartado de la vida más limpiá.. Yo no te pido ahora que me saques del mundo de los hombres. Quiero convivir con ellos para poner mi partecita minúscula. en la levadura de ascensión, de bondad, de gracia que ha de salvar al mundo. Te pi– do que libres a mis hermanos del abatimiento, de la depresión, de la angustia. Son· tantoS: los motivos de temor en esta época insumisa al yugo de tu fe que la desesperanza agobia y oprime a los mejores y a los mediocres. No sólo a los malos. Tal como va, el mun– do es posible que, en breve, se te dispute el reino del universo. No eres para muchos "la razón última", la norma segura. Mi generación te va olvidando y te va perdiendo. Señor, ahora más que nunca, ven y reina. - 66 -

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