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BÚSQUEDA SEÑOR, DAME MEDIDA ¿Será ley de vida esta :tendencia a los extremos? Costoso es e incómodo el término medio de las cosas. Y, sin ·embargo, dicen-yo no lo creo- que es lo ideal. Posiblemente es lo ideal para no comprome– terse. Hoy te pido lo bueno: no ser duro en exceso ni blando con melindres. Que el afecto vaya sazonado con la sal de un justo rigor y la fortaleza animada, humanizada con el calor del afecto. Que sea como los ríos que hacen bien y fecundan los prados, pero sin salirse del cauce fijo. Que no saque las cosas de su órbita. Que no extre– me los sentimientos. Que ponga limitaciones al es– crúpulo, a la alegría, a 1a tristeza. Que sepa condu– cirme con precisión espontánea, con armonía y con justeza. ¡ Qué difícil la "parada" en la cuesta pina del vi– vir humano! Desde arriba llaman el ensuefio indisci– piina:do, la irrealidad, los vanos fantasmas del orgu– llo. Abajo abre la pereza su boca de seducción y bostezo. Y yo en medio, luchando a brazo partido pa– ra no decaer, para sujetarme al tronco nudoso y ru– goso del deber. Ten piedad de mí, Sefior. - 64 -