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P. Calasanz SEÑOR, DAME PRUDENCIA Nos, dijiste un día: "Sed sencillos como palomas · y prudentes como serpientes". Yo entiendo bien eso de la sencillez de la paloma. Me gusta y .me es fácil adoptar una postura de claridad y de modestia. : Pero Tú me mandas vigilar porque la paloma tiene·. enemigos y puede ser sorprendida por la astucia del ' mal en el alero del palomar. Casi me dan ganas de.,' protestar contra el mundo, contra eI mal, contra todo..; Dios mío, r&i no te conociera iba a pensar mal de TL ¿ COino la serpiente has dicho? füempre odié el frio .· reptar odioso de la serpiente. Y su contacto sucio · con la tierra. Fuí sencillo como la paloma. Y tuv,e detractores en mi camino. Hombres que decían lo que yo n:o dije; Hombres amigos de la "zancadilla" imnoble, que ru:e · ponían cara de amigos. Hombres que dicen "bien" de cara y luego despellejan por la espalda inventan– do, abultando, exagerando. Sefior, yo no conocía por ; qué me querías prudente. No era ante todo por mí. De sobra conoces la. pequeñez y el mal corazón. Yo quería para todos, lo mejor y no .pude imaginarme que hay hombres que quieren siempre para el pró- ·' jimo lo peor. Dame prudencia, Señor, que la necesito. Para que ponga freno a mi sinceridad porque hay faríseos -41-

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