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:p:, Calasdnz SEÑOR., POR LOS MEDIQCR.ES .·· T,e pido poa;- los. pobres que tienen poco talento. Son el grupo masivo de la humanidad desde el co– merciante "pobre de luces" hasta, el profesional sin optimismo ni porvenir. Por todos esos amigos y her– manos míos que se toman la vida· medio, en broma, sentados en ,el corro de la tertulia aburrida o perdi– dos en una falsa acción que no es más que el pre– texto poco elegante de su pereza. Son ellos, mediocr.es que ·vi~n oscuramente sin grandes inquietudes. Se acostumbraron a no pensar, a no ver, a no oir. Son falsos pensadores, falsos vi– dentes, falsos oyentes. Todo lo tiñen del color de su aburguesamiento insoportable. Tienen ojos y no ven, hablan palabras inconexas sin sentido, viven en un plano artificioso intolerable. Son mediocres. Una pena la mediocridad. Chicas "bien" que se pasan la vida sin hacer nada que merezca la pena. Corazones hechos para amar que se han inutilizado para todo lo que significa sacrificio, -buenas obras, "planes s,erios". Hombres "racionales" que no ru¡,cen nada razonable. En el balance final una pobreza es– túpida, una carencia absoluta de humanismo, una bancarrota irremediable _de capital espiritual. ,Dios mío, me han hecho mucho mal los medio– cres. Pero no soy rencoroso: Hazles sentir al vivo el bostezo de su vulgaridad y de su raquitismo. Y per– dónalos porque no hacen nada. - 33 -