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P. Calasanz SEÑOR, DAN_OSSANTOS Yo envidio a los hombres que .fueron en tu segui– miento. Al fin de la jornada se E/ncontraron cobija– dos por los brazos del Padre Dios, seguro e íntimo como un pecho materno. Debe ser una fiesta para el corazón esta ausencia de todo lo sucio, innoble, des– leal y rastrero. Me gozo en este triunfo teologal de mis, hermanos hombres, que han conquis•tado a base de v:¡tlor las cimas de las virtudes.. Si virtud es es– fuerzo, hay que ser muy hombre para hacer lo que ellos hicieron. Señor, danos santos. Danos hombres viriles que sepan unir la bondad con el rigor, la pureza con las tentaciones impuras, el vencimiento de •las pasiones con una madera común cite hombres frágiles. Danos santos, porque es •el mE/jor tEJstimof?..io rde .belleza en nuestro mundo. .un niño santo, una niña santa, un joven santo, un hombre maduro santo son la. mejor prueba de que vives en nuestro. mundo y de que todavía nos amas infinitamente. - 15 -