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BUSQUEDA SEÑOR., DAME NATURALIDAD ¡ Cómo quisiera gritar en esta hora que odio el artificio! Me gustan las cosas como Tú las dijh,te, como Tú las hiciste. Con naturalidad: palmera, rosa, manantial, estrella, niño. Los hombres lo echamos wdo a perder a fuerza de adjetivos. Ponemos afeites inútiles a los seres bellos, con que la creación que– ua afeada y turbada. Y luego nos llamamos, engo– lando la voz, ar,tistas. El único artista eres Tú que subes crear con eficacia. Dijiste rosa y nació su llama pura, así en su tallo. Dijiste mar y nació el esfuerzo del oleaje braman– clo, incansable. Dijiste hombre y tuviste que descansar. Nació un hombre, la humanidad, el libre albedrío. Las obras tuyas, mi Dios, están hechas con naturalidad. To– dos los días amaneces sin reclamos publicitarios, sin reporteros, sin fotógrafos, Lo nuestro tiene el límite de lo imperf~to, de lo excesivamente trabajado Y ;;ulido. Señor, que viva con naturalidad y con gracia. Y que "recree" por el amor cada día esas cosas buenas, esas cosas bellas que Tú pusiste en mi camino con dc'.icadeza inmensa. -12-