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BUSQUEDA SEÑOR, POR LOS HOMBRES Se oyen en el horizonte predicciones fatales. La guerra tiende sus garras sobre el mundo habitado. El mar se encrespa y se come embarcaciones y hom– bres. Las presas salen de madre anegando pueblos. Y el mal toma posiciones. Una bomba moderna pue– de tambalear el universo. ¿Dónde vamos a parar guia– dos por el lucero tenebroso del mal? Sin embargo, yo sé-porque creo en Tí-que con– viene que sucedan estas cosas antes de que se acerque el fin. Yo sé que diriges el mundo con sabdduría. Sobre todo confío en tu providencia paternal. Si no cae un cabello de mi cabeza sin que 'Dú le des licen– cia, si los lirios viven por Tí, si no abandonas al pajarillo en las fauces de la serpiente, ¿cómo vas a dejar el mundo en manos perversas? Dios mio, me atormenta la dndiferencia de los hombres. Yo sé que velas, desde tu amor infinito, pero temo porque los hombrés hemos extraviado el camino. He– mos escogido la vía ancha que termina en la mentira. Y ya no eres amado. Ya no tienes sitio de amor en los corazones. Dios mío, pon remedio antes de' que fos hombres se pierdan. - 112 -