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P. Calasanz SEÑOR, DAME EL SOL ...el sol nuestro de cada día... No te hablo ahora del sol interior que calienta el alma.· Este sol te lo pediré otra vez. Hoy tengo ne– césidad biológica de sol, de luz, de' libertad. Me acu– cia un deseo vehemente de sol: . "¡Cuánto tardas en salir, sol de hoy, sol de hoy". Quiero tanto el sol que lo llamo en suefios. Ya sé qué es lo ardiente y qué e5: el sol que cantó Antonio Ma– chado. Poi: eso hoy no te pido la claridad interior. 7':e, ,Pido el soi natmal. El sol que alm~bra los ojos carnales. El. sol que cantó mi padre San Francisco ''bello y radiante y con ·gran esplendor". Canto al sol "hermano" que da perfil ·y belleza al paisaje.. Al sol que· llena de sonoridad el bosque. Al sol que. alumbra eL interior del remanso y de la 1;1ube, Dios mío, ·loado seas por el hermano sol que tanta falta me hacía en esta mafiana. ··•· Te canto, her•rii~no Sol, porque "llevas significa– ción, del .Altísimo1'.