BCCCAP00000000000000000000730

P. Calasanz ----·-----------------·-···---- SEÑOR., COMO EL CARACOL En los caracoles marinase-dicen-se oye el mar. Un ruido alargado por antenas invisibles que tienen por centro el corazón. La melodía del mar es tan rica como la experiencia de la vida. Yo oigo en el mar la voz y la sombra de las gaviotas y la pulpa vel'de de las algas. Todo esto es bello. Y la ola azul, verde, blanca... todo un iris de color. Pero lo que más me seduce es la adivinación, el presentimiento, la ilusión que el caracol sugiere y po– ne al alcance de la mano. ¡ Caracol marino, resona– dor del mar! Eres: compasivo tú y humano. Con fa– cilidad de artista que suelta sus marionetas ante el embeleso de la infancia consuelas las· ansias locas de felicidad de los mortales. Total: arrimarte al oído y soñar... Caracol marino, oidor del mar. Igual mi corazón, Señor. En mi corazón se oyen las olas del mar tuyo, lleno de voces, de canciones, de inmensidad. Cuando nazca la estrella más grande y más pura, pónmela sobre el corazón para que sueñe en Tí. ~ 103 --

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz